viernes, 30 de diciembre de 2011

En busca del Hombre VII

¿Por dónde empezar? determinar el objeto de la investigación sería la primera tarea que debería tratar de establecer el viajero.
Supongo, que en primer lugar descartaría automáticamente todo lo relacionado con los avances y estudios científicos que ha alcanzado el ser humano en los últimos siglos. Estos serían claramente obsoletos, sino inútiles, para cualquier civilización superior a esta que habita la tierra.
Mitología, religión, sociología, filosofía, política, lenguaje, cultura, biología, genética, paleontología... incluso la misma ciencia, o el difuso arte que corre como río desbocado por sus venas. Todas ellas han configurado una única realidad  que lo define como ser inteligente.
Un ser único en la totalidad de la inmensidad del universo, inmerso en sus contracciones, pero precioso en su existencia, inigualable e inimitable a lo largo del tiempo que corre hacia atrás y hacia adelante sin detenerse. Pues no ha habido, ni habrá nunca más un ser como él, incluso cuando desaparezca todo rastro de su existencia en este univierso.
¿Podrían aquellos que llegaron a conocerlo dejar pasar la posibilidad de estudiarlo para comprender su propia existencia? Pienso que no.


Entonces, para poder llegar a comprender lo que el ser humano es hoy día, debería comprender cómo empezó todo, como surgió y cómo evolucionó. Más el hombre acumula conocimientos, bastaría con enchufar a Internet un potente ordenador y descargar todo lo que el ser humano es, ha sido y es capaz de ser.
Pero, para poder comprender a la raza humana se haría necesario un proceso más complejo de comprensión, sumergirse en sus sentimientos y sensaciones, las motivaciones que le llevaron a ser lo que fue, es y será.
Visto desde esa perspectiva. El Hombre es ante todo y sobre todo un ser capaz de sentir y además ser consciente de ello. Comprender esto y alcanzar su significado en su estado más puro es objetivo suficiente para el estudio del viajero.


lunes, 26 de diciembre de 2011

En busca del Hombre VI


Llegados a este punto, el viajero que ha permanecido inmerso en un entorno hostil de confusión y contradicciones, comprendería que algo falla en su incomprensión del mundo humano tal y como está diseñado, la realidad que lo configura y determina. Comprendería en ese momento que no pertence a la raza que domina este planeta, e intuiría que ha venido para estudiarla. Sabiéndose sólo, trataría, por si mismo, de determinar sus propios objetivos de investigación, método de trabajo y planificación del proyecto, contando con los conocimientos adquiridos y los medios de que dispone. Hasta que a la finaliación del tiempo del que disponga y sea preparado para el siguiente paso. 


El hombre trata de avanzar de manera desbocada como si de una carrera se tratara, acumula conocimientos, construyendo escalones y destruyéndolos a su paso. Tratar de ordenar el océano de caos en el que permanece sumergido es tarea imposible, pero no por ello debe dejar de intentarse, toda vez que está aquí para ello.

¿Por dónde empezar? Siguiendo las señales.

jueves, 22 de diciembre de 2011

En busca del hombre V

Aún así, ese ser nacido de mujer, inconsciente de su realidad e inmerso en la única que conoce, viviría una existencia como humano incompleta. Miles de años de evolución han configurado la idiosincracia del ser humano tal y como lo conocemos hoy día. Circunstancias tanto internas como externas que no afectarían a esa criatura llegada de fuera, que traería sus propios rasgos producto de la misma realidad de la que procede, aunque pudiera permancer inconsciente de ello.


Imagine, si siéndolo de esa manera y proviniendo de una raza más evolucionada, con valores y principios éticos y morales, necesariamente, muy superiores; ese ser quedaría inmerso en la contradictoria realidad que abarca la totalidad del ser humano, donde todo cabe en los extremos más radicalmente opuestos de todo aquello que le concierne. Un ejemplo de ello, sería la capacidad de amar y odiar, en el sentido más amplio del significado de la palabra y en un mismo individuo hacia diferentes personas y en un mismo momento. Contradicciones, todas ellas, incomprensibles para cualquier ser proveniente de un lugar donde por seguro han sido superadas obligatoriamente, en la propia evolución y supervivencia de cualquier raza inteligente.     

miércoles, 14 de diciembre de 2011

En busca del hombre IV

Pienso en los documentales de fauna salvaje, los naturalistas más profesionales (a mi entender) tratan de pasar desapercibidos, que su presencia no influya en la vida de aquellos objeto de su investigación. Su trabajo consiste, con mayor o menor empatía, en reflejar su comportamiento, hábitos, relaciones... siempre desde la visión humana que realiza el documental, por muy aséptico que se quiera ser. Diferente sería tener la posibilidad de convertirse en esa especie animal estudiada, para sentir y comprender su comportamiento, sus motivaciones...

Mucho más complicado resultaría el estudio del ser humano, pues sin duda es un animal mucho más complejo en todo lo que a él concierne. En este sentido, si otra especie tuvira la capacidad y los conocimientos suficientes para poder acceder a la Tierra, no me cabe duda de que pasarían completamente inadvertidos para el ser humano, para no incidir en su existencia y realidad.
Además, si quisieran realmente entender el complejo mundo que conforma la realidad humana, no podrían más que ser uno de ellos, para conmprender de una manera nítida, sin ambages, todo lo relacionado con él.
De tal manera que, para evitar subjetividades, el ser que viene debería perder todos los conocimientos que conforma su propio ser, nacer y vivir como un ser humano, para volver finalmente a su estado anterior.
Sólo de esa manera, sería posible y además comprensible el ser humano para otra especie.

sábado, 10 de diciembre de 2011

En busca del Hombre III


Más, esa no deja de ser mi definición, motivada por mi experiencia personal, los condicionantes sociales, culturales, familiares... que me han acompañado a lo largo de mi vida. Incluso mi opinión variaría dependiendo de las circunstancias de cada momento.
En éste sentido, dar una respuesta  acerca del ser humano, viene determinada por factores subjetivos imposibles de eliminar. Por eso, el objeto de estudio no puede convertirse a la vez en investigador.
De la misma manera que el sujeto responsable del análisis vendría, de igual manera, condicionado por su propia realidad, traída de allende.
Circunstancias éstas que le imposibilitaría realizar un estudio objetivo válido.

De esta forma, subjetividad y objetividad se entrelazarían en un círculo difícil de cuadrar.

Tener esta idea clara es fundamental para comenzar un anáisis correcto.
Antes de iniciar el desarrollo posterior de la búsqueda del significado del ser humano, su trascendencia, su evolución, sus motivaciones y todo aquello que implica el sentido mismo de su propia existencia.
   

viernes, 9 de diciembre de 2011

En busca del Hombre II

Le diré lo que pienso yo...

El hombre es como un joven sólo, perdido e inconsciente. Que baja por la pendiente de una gran montaña, subido en una bicicleta hecha de trozos. Que intuye de donde viene y cree saber lo que le aguarda al final del camino.


A partir de estas ideas, comprensibles para cualquier persona, intentaré desarrollar el estudio posterior.
Pero antes hay que tener en cuenta ciertas premisas básicas que definirán el objeto y campo de estudio...